Asociación Misionera de Iglesias Pentecostales

Querido lector, ¿alguna vez te has detenido a pensar en el poder de una sola persona? Una palabra, un gesto, un pequeño acto de amor pueden transformar una vida. ¿Y si todos, tú y yo, nos comprometiéramos a sembrar esperanza en el corazón de cada persona que encontramos? Imagínalo… Un mundo donde el amor, la bondad y la compasión fueran nuestras primeras respuestas. ¿No sería ese el mundo que anhelamos, un mundo lleno de paz, de familias restauradas, de naciones unidas bajo el amor de Cristo?