Asociación Misionera de Iglesias Pentecostales

Querido lector, ¿alguna vez te has detenido a pensar en el poder de una sola persona? Una palabra, un gesto, un pequeño acto de amor pueden transformar una vida. ¿Y si todos, tú y yo, nos comprometiéramos a sembrar esperanza en el corazón de cada persona que encontramos? Imagínalo… Un mundo donde el amor, la bondad y la compasión fueran nuestras primeras respuestas. ¿No sería ese el mundo que anhelamos, un mundo lleno de paz, de familias restauradas, de naciones unidas bajo el amor de Cristo?

Estimado lector, ¿alguna vez has experimentado una amistad tan profunda que te haría mover cielo y tierra por esa persona? La Biblia nos cuenta una de las historias de amistad más conmovedoras de todos los tiempos: la de David y Jonatán. Un rey y un príncipe, unidos por un lazo inquebrantable, un pacto de lealtad que trascendió las diferencias sociales y políticas. Pero más allá de una simple amistad, su historia nos revela un profundo significado sobre quiénes somos y a qué estamos llamados.